…una casa, lugar geométrico del hombre,
sólido refugio para el espíritu más que para el cuerpo…
Opus nigrum | Marguerite Yourcenar
En los últimos años estamos hablando mucho de orden y organización en el hogar. No es solo una moda pasajera, sino que tiene un importante trasfondo a nivel personal y emocional: tu vivienda es el reflejo externo de tu interior. Y a su vez, cómo son los espacios en tu casa, en tu hogar, influyen emocionalmente en ti, en cómo te sientes, en cómo percibes y te relacionas con tu entorno.
Te planteo entonces la siguiente cuestión para reflexionar: ¿a cuál de estas viviendas te gustaría llegar? ¿a cuál regresar después de un día de trabajo? ¿qué lugar preferirías que viesen tus amigos al llegar a tu casa?

Siempre me ha parecido que el recibidor de nuestra vivienda es un espacio que transmite cómo es el resto de la misma y fiel reflejo de los habitantes. Pero además es el primer lugar de tu casa que encuentras cuando llegas del exterior, de la calle, de ese mundo ruidoso y a veces hostil en el que nos movemos. Es el primer contacto con tu espacio sagrado, tu hogar.
Crear un lugar tranquilo, que te reciba, que sea reflejo de paz y calma es el primer paso para que también tu vida y el resto de tu vivienda lo sean. Y más allá, para que tú te sientas bien, rodeado de un ambiente propicio donde estar y disfrutar de ti.

Te animo a reflexionar sobre todo esto que te planteo, a realizar esos primeros pequeños cambios en tu recibidor, a seguir en la búsqueda de tu lugar y de ti mismo desde el momento que llegas a tu hogar.
Artículo escrito para el número 11 de la revista «Vive Disfrutando» (octubre-noviembre 2019)